25.9.04

"El buscador de oro", de Felipe Gámez

Pasado el verano, y ya en otoño -la mejor estación de Málaga- reanuda su actividad este blog y lo hace publicando el artículo que nuestro amigo Felipe ha escrito para su lectura el próximo lunes 27 de septiembre de 2004 en la cadena de radio local Onda 8 (88.8 de FM).

Antes de ello, quiero hacer mención muy somera a dos encuentros que tuvimos los "locos por internet": uno de ellos consistió en un almuerzo en "El Tintero", en Málaga, en el que pudimos conocer a tres nuevos miembros: Tere (simpatiquísima), que había regresado de China recientemente, Celu y Esteban. Junto a ellos estuvimos José Domingo, Teo Atienza, Pedro, Carlo y Pepe Lozano. El segundo encuentro fue ya una de nuestras clásicas reuniones en "El Jardín", el día 16 de septiembre, a la que acudieron Lourdes, Nuria, Pedro, Carlo, Celu, Felipe, Peter, José Domingo y Pepe Lozano.

Desde este sitio queremos dar nuestro más sentido pésame a Gloria y Peter por el reciente fallecimiento de la madre de Gloria.

Y ahora ya, amigos.... disfruten con el artículo de Felipe, "El buscador de oro", porque realmente es sabroso y despierta una sana envidia de poder vivir y sentir situaciones comos las que relata.

-----------------------------------------
"El buscador de oro"
FELIPE GÁMEZ M.
Málaga., Onda 8
(88.8 de FM)
27 de septiembre de 2004

"Tengo un amigo ciego. Ciego desde siempre, desde antes de nacer. Como todos los ciegos en Málaga vive de vender los cupones de la ONCE y se podría decir que como goza de un puesto antiguo y bien situado, su vida, desde un punto de vista económico, está resuelta. Tiene un piso propio en la calle Cuarteles adaptado a su minusvalía y vive solo con un gato que se llama Tristán, un piano Yamaha y una imponente biblioteca donde, como es natural, solo hay libros en braille. Coincidimos en muchas cosas, una de ellas la edad, otra la poesía y una tercera sería la del romanticismo. Le gustan las mujeres casi tanto como a mí.
Cuando llueve en Málaga voy a verle. Sábado, domingo, lunes o martes... si llueve, esa tarde me la paso con él y como lo sabe me espera con un dulcísimo oporto sobre la mesita del tresillo y un nocturno de Chopin dormido en el piano. El ritual siempre es el mismo: me recibe vestido como si fuera a salir, nos saludamos y él dice: (Ah, Felipe! La última vez que llovió fue... hace tres meses. A veces hace mucho más pero él siempre dice, tres meses. Sin decirlo se queja porque le visito poco y porque en esta ciudad las lluvias son escasas. Conoce perfectamente el espacio donde se mueve así que si estamos en el piso nadie diría que es un invidente. Hay temas de los que no hablamos: política, él es de derechas y religión, porque sabe que soy ateo. Sobre el resto, como es persona con una mente rica, los temas para la conversación son interminables, aunque tiene algunos favoritos: las mujeres, la Filosofía y la música. Ignoro si se da cuenta pero en primavera sus historias de amoríos son intensas y siempre conmovedoras.
Ya tengo una cierta edad, me dijo una tarde; así que los epítetos con los que amigos y enemigos han querido nombrarme son muchos y variados. Pero verás, si hay uno que me gusta de un modo particular es el de Abuscador de oro@. Me lo puso una malagueña de la que guardo un buen recuerdo y con la que mantuve una relación tan honda como efímera. Nos amamos buscando lo mejor de nosotros mismos así que no fue raro que, en poco tiempo, agotáramos el filón. Nos conocimos en Granada, yo había ido con un viaje programado por la Organización y tras un paseo por el Albaicín, al caer la tarde me perdí. En el grupo lo saben, lo hago a propósito porque es cuando uno se pierde cuando encuentra a las personas más interesantes. Anochecía, yo bajaba la calle tanteando con mi bastón y ella subía, olí su perfume u olí ese denso fragor de mujer madura y apetecible. No lo pensé dos veces y recité en voz alta: dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada. )Alguien puede ayudarme?
Contando esas historias ni respiro, me quedo muy quieto, a su lado, sorbo el oporto muy despacio y le escucho en silencio. Se llama Rocío, dijo, pero no por la Virgen sino por el rocío de la mañana. (Lista y muy culta!, porque dijo acercándose, *es una frase de Francisco Alarcón+. Entonces trabajaba como camarera en un conocido local de la movida granaína y estaba *frita+ por regresar a Málaga. Me acompañó al hotel y yo la invité a cenar... luego me la traje y vivimos juntos algunos meses... )o fueron años? No lo sé, cuando eres ciego el tiempo tampoco se ve. Quería decirte que al marcharse dijo aquello que tanto me gustó: *eres un buscador de oro... encontrarás una pepita mayor en cualquier otra+. Tenía razón, la encontré, soy así. Busco en las personas esa pepita interior, ese oro puro que casi todos llevamos dentro y que en unos es grande como un pedrusco y en otros muy pequeño, casi insignificante. Nos encontramos y a veces esa pepita se gasta con nada, y en su lugar queda algo así como un vacío duro y seco que se parece a un garbanzo. Otras mujeres son más densas y hay que buscar más, ahondar en ellas, quererlas... a veces el que se gasta soy yo. No era tarde pero se levantó y se fue al piano. Le escuché un rato y me fui mientras Chopin corría por sus manos y Tristán, distraído, bostezaba a su lado.
Un saludo y hasta el lunes de la semana que viene."