21.11.04

Barcelona desde el corazón de Málaga

De nuevo ponemos un nuevo artículo de la serie de Felipe Gámez para la cadena de radio Onda 8.



El mundo es duro, la mierda existe
.
FELIPE GÁMEZ M.
Málaga., Onda 8
(88.8 de FM)
22/11/04
La conocí en la universidad de Barcelona y fue una mujer a la que amé
con la fuerza voluptuosa de los veintidós años. Ella me vio venir y
dijo: “déjame que lo piense”. Mientras lo pensaba se casó con un
catalán nacido en Sant Adrià de Besòs y yo hacía lo propio con una
malagueña de Coín. Lo suyo duró nada, se divorció enseguida, lo mío
dio para treinta años. Nos llamamos pero la veo poco, sólo cuando voy
a Barcelona y nos citamos en los sitios de siempre.
Lo mejor de la amistad es que puede ser invencible y cuando la llamo,
porque como éste año paso una semana de mis vacaciones por allí, se
muestra encantada de verme. Esta vez me citó en el seminario de lengua
y literatura del Instituto de Enseñanza Secundaria de Sant Adriá,
donde trabaja como profesora. Cuando llegué me mostró un artículo de
Javier Pérez Andújar en el que decía: «Donde ahora está el instituto
antes había huertos y después de eso fue un descampado donde crecían
las lechetreznas y el estramonio». Además de feliz por vernos le
brillaban los ojos porque el Centro preparaba un significativo cambio
de nombre. Hacía poco que un compañero propuso, y la Generalitat
aceptó, dar al IES de Sant Adriá el nombre del escritor, poeta,
intelectual y periodista, Manuel Vázquez Montalbán.
Le quedaba por dar una clase en 3º de ESO y, como un alumno más me
senté en un pupitre y la escuché recomendar algunos libros: El sabueso
de los Baskerville, Zalacaín el aventurero... Una niña rusa, rubia y
muy guapa dijo: “es todo tan complicado. Tengo la sensación de que
cuanto más leo menos entiendo.” Toda la clase rió.
Almorzamos en un restaurante chiquito, a las afueras de un barrio
humilde de Sant Adriá, con visillos de encaje en las ventanas y un
servicio familiar. Fue agradable porque la gente susurraba y era una
delicia mantener la conversación mientras los ojos nos hacían ¿cómo se
dice? ¿chiribitas? En un tono de fábula ella me confió su
corazón: “¿Sabes? Estoy llena de dudas. Enseño y vivo sola. Cada día
me lleno en el trabajo y me vacío cuando dejo el instituto. Pienso más
de lo que debo... o me embarco con los ojos cerrados en asuntos que ni
me van ni me vienen. ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Ahora me da por
creer que perdí todos los trenes.” La escuché emocionado, en silencio,
pensando que si hubiera hecho otra cosa me habría visto venir y
repetido: “déjame que lo piense”.
“¿Te fijaste? —Preguntó—. Junto al edificio del IES discurren aún hoy
aquellas vías del primer ferrocarril que se construyó en España y las
del tranvía del Fórum 2004... Amigo mío, tan sólo pasamos nosotros...
y las oportunidades que alguna vez pudieron cambiarnos la vida. Tengo
la misma sensación que Arissa, mi alumna, cuanto más vivo menos
entiendo.” Sonrió y puso esa carita inteligente que aún le veo en
sueños. Luego, como si volviera de aquella juventud remota
refunfuñó: “Si ya sé: el mundo es duro, la mierda existe.”
Tenemos amigos comunes que en el mes de noviembre alquilan una casa en
Saint Tropez y nos habían invitado a pasar la última semana. Me
preguntó si iría y luego, como si no quisiera saber la respuesta
dijo: “pretendemos que el instituto se convierta en un referente
cultural relacionado con Manuel Vázquez Montalbán. Pensamos programar
actividades, dar charlas, pasar películas, montar una biblioteca...”
Luego, como si dudara de lo que decía preguntó. “¿Crees que la muerte
arrasa con todo? Lo digo por Vázquez Montalbán... no soy creyente y tú
tampoco.” Respondí diciéndole que pensaba ir a Saint Tropez.
Pero hay cosas que no están de Dios, tal y como reza el dicho popular,
y nuestros amigos tuvieron que regresar a Barcelona antes de lo
previsto. La última noche en Gerona me llamó: Vente a casa, dijo,
pasemos juntos esta semana...” La escuché emocionado, en silencio,
pensando que si hubiera hecho otra cosa me habría visto venir y
repetido: “déjame que lo piense.”
Un saludo y hasta el lunes de la semana que viene