5.5.07

Opera "AIDA"

El próximo jueves 11 de mayo, en Málaga, Palacio de Deportes José María Martín Carpena, se representa la ópera "Aida", de Verdi. Vamos un grupo de amigos (es el cumpleaños de Sabina) que previamente nos hemos reunidos ya para ver una representación grabada. A todos nos gustó mucho. Veremos el resultado de ésta que se representará en Málaga. También algunos hemos visto otra representación, con Luciano Pavarotti en el papel de Ramadés y Margaret Price en el de Aida: ¡absolutamente increíble!.

5.3.07

Convocatoria reunión LXI

Peter ha convocado reunión de "Locos por Internet" para este próximo jueves, en el Bar El Jardín, de Málaga, a las 20'30 horas, para hablar de lo divino (¿Microsoft?), lo humano (¿Linux?) o lo inhumano (¡¡ De Juana Chaos !!, añado yo).

Pues allí nos veremos.... Prometo que habrá discusión caliente sobre lo inhumano.

2.3.07

"Coitus corruptus", Felipe Gámez, 26/02/2007

¡Basta de silencios!
¡Gritad con cien mil lenguas!
porque, por haber callado,
¡el mundo está podrido
!

Santa Catalina de Siena


En Andalucía la democracia se está pareciendo cada vez más al fornicio en el que el Poder se pone encima (en plan macarra) y el pueblo, como siempre debajo. En el referéndum del 18 de febrero debíamos apoyar con el SI un Estatuto de Autonomía para Andalucía que nos es exactamente ajeno y el pueblo, en su sabiduría milenaria, escapó de la cama revuelta por la publicidad engañosa que nos habían estado metiendo en prensa, radio y televisión y esta vez el Poder pinchó en falso y se le quedaron los huevos colgando. El Poder ambiciona todo el poder, ya se sabe, por eso es jodedor y en vez de optar por el coitus interruptus (puesto que el pueblo en su inmensa mayoría no se prestó al fornicio) se decantó ¡como no!, por la vergüenza del coitus corruptus.
Nos merecemos lo que votamos, eso es verdad. Pero esta vez en Andalucía, el 67 % de los andaluces No votamos y por tanto NO nos merecemos comulgar con las ruedas de molino previstas por el Poder. Y verán: no fue que se nos paró el corazón o tuvimos un ictus. No fue por despreocupación o por no darle la importancia debida al compromiso electoral. ¡No fue por eso! Sigo: tampoco fue porque con la borrachera del sábado al domingo tocaba dormir la mona. ¡Sobre todo no fue por pasotismo! ¿Vale? Aunque esa sea la excusa fácil del Poder. Palabra que no fue porque nos fuimos de putas o de putos, ni porque salimos a un viaje urgente. ¡No, para nada! Tampoco fue por trabajo o porque nos tocó descansar. ¡En absoluto fue por eso y el Poder en su fuero interno lo sabe! ¿Les digo por qué fue? ¿Se lo digo? ¿De verdad quieren saberlo? Vale. Fue exactamente ¡porque no nos dio la real gana ir a votar! ¿Les sirve el dato? No votamos porque somos un pueblo libre y el derecho a participar en unos comicios va parejo al derecho de pasánoslos por el forro... si así nos parece. Los pueblos no pasan de lo que les conviene o les hace falta, pero sí ignoran lo que ni les interesa ni necesitan.
La cuestión es que se veía venir el calentón: el Poder quería cama, por la buenas o por las malas. ¡Al catre! Y aquello que pudo ser una alegre bacanal de cuaresma terminó en violación salvaje, por detrás, sin mantequilla y hasta las bolas. Ahora solo falta que digan: ¡Se sienten coño! ¡Que el presidente pare la Realidad Nacional que me bajo! Quiero apostatar de andaluz, renegar de mi cuna, maldecir mis raíces... ¡Nos han puesto el culo como a los catalanes! y a ellos como son nacionalistas a lo mejor les va la marcheta, a lo mejor el president Montilla tiene un sex appeal especial. Que al final nos incrusten el Estatuto no me gusta nada. Eso no se hace por muy caliente que esté el Poder. ¡Las ganas... se aguantan hombre!
Si no votó el pueblo, ¿quien votó? ...ni se me ocurre. ¿Pudieron ser los políticos y sus familias? Esos claro que arrimaron el ascua a su sardina. ¡Tenían la obligación! Con el pan no se juega. Uno entiende esas cosas: la pila de gente que arrastra un político: hermanos, primos, cuñados, amigos (el Poder siempre tiene amigos), simpatizantes, camaradas... la cosa se anima. Ah, y no se olviden del funcionariado, de los enchufados, los de Unicaja, ¡la rehostia! Como demonios, esos son legión y están por todas partes, ¡son los tentáculos del Poder! los extremos sensibles. El ala conservadora.
Me hago algunas preguntas: ¿Por qué la clase política se afianza en la desvergüenza ilimitada? ¿Son tan legalmente inexpugnables? ¿El pueblo calla y otorga? Uno se queda sin palabras ante estas cosas No en vano el Poder puede. ¿Por qué puede el Poder? Con ganas, sin ganas, ¿aquí te pillo aquí te mato? ¿Vale decir que ni somos ni seremos nacionalistas? ¿Dónde la vergüenza torera del Gobierno andaluz? ¡Hombre que son mayorcitos y se supone que se visten por los pies! Esto no es un callejón sin salida... ¿o sí? Por si acaso Recuerden una frase de Bertolt Brecht: “Las grandes revoluciones se producen en los callejones sin salida”.

20.2.07

"Mala gente", Felipe Gámez, 28/01/2007

Si hay algo que no pueden soportar las malas personas es ser descubiertas. Algunos pensarán, ¡claro, una vez destapados se les acaba el chollo! Otros dirán: ¡se quedan desnudos y a merced de los cuervos! Si sufren será por causa de las pérdidas acarreadas ( financieras, de poder, incluso de prestigio...). En mi parecer, lo más duro, lo que más les dañaría (por sorprendente), sería que terminaran descubriendo quien o qué demonios son. Aunque eso no ocurre nunca.
“Una mala persona no puede ser un buen periodista”, decía el periodista y escritor polaco Ryszard Kapuscinski, fallecido hace unos días. Por definición, yo creo que una mala persona casi no puede ser ni hacer nada bueno. Y digo “casi” porque hay claras excepciones a la regla, como todo el mundo sabe. De cualquier modo, allí donde la regla se cumple a rajatabla (pienso que sin excepción) es en el campo del liderazgo (les recuerdo una buena precisión sobre el tema: “líder es quien va delante y arrastra, al contrario del jefe que va detrás y empuja”). Bajo ningún concepto, en ningún caso o circunstancia, una mala persona puede ser un buen líder. Recuerdo algunos personajes nacionales y otros internacionales, el último ese tipejo siniestro, Moshe Katzav, presidente de un país tan siniestro como él mismo, Israel. Por lo visto hay profesiones mas sensibles que otras al maligno. Por ejemplo: una mala persona jamás será buen político, buen médico, buen arquitecto, ni tan siquiera buen abogado, a los que, por cierto, la mala fama les precede. Es probable que todos esos bribones que trincan a manos llenas amparados en sus togas, títulos o cargos, tapen a personajillos mediocres que roban porque son incapaces de hacer nada que merezca la pena. Un buen profesional sabe que la honradez ha de estar a la altura del trabajo bien hecho y conoce de sobra que nada, nada hay superior a ser una buena persona.
Por sus obras los conoceréis, dice la Biblia y es que alguna mala gente lleva desafiante la mirada aviesa del asesino autorizado, como es el caso, De Juana Chaos. Una pinta fatal sin relación con esas otras señales procedentes de la miseria, la incultura, el desafecto... (carencias consideradas esenciales y sin las cuales la persona deja su humanidad al servicio de la barbarie). No confundamos al vicioso del crimen con el infeliz que delinque. Muchos no son dañinos vocacionales sino circunstanciales. Las cárceles están llenas de gente así. El caso es que la experiencia nos dice que hay más mala gente fuera del “talego” que dentro.
¿La mala gente nace o se hace? Como los teóricos no se ponen de acuerdo nos queda aquello del demonio, que siempre anda suelto. En mi opinión hay que procurar detectarlos pronto y evitar en lo posible que nos alcancen. Por lo común la mala gente no se inquieta por saber que lo es y reviste sus maldades con la moda que les convenga en cada caso: “mal necesario, mal menor, daños colaterales” ...en fin, esas mierdas. ¿Son peligrosos? ¡Sin duda. Mucho. Demasiado! Quien no les vea venir lo tiene crudo y no es fácil porque saben ser encantadores si les conviene, y en el caso de la mujer, sacar provecho descarado del poder enorme de la belleza. Bueno pues ojo. ¡Cuidadín, cuidadín! Y recordar que en torno a la mala gente no cabe esperar sino catástrofes.

16.1.07

Cocinero-cocinero

Estimados compañeros de LxI, ya sé que hace tiempo que no teneis noticias mias, pero eso no es óbice para que no me acuerde de vosotros de vez en cuando, como ahora es el caso.

Espero que todo vaya como siempre y que el grupo haya tenido nuevas incorporaciones que hayan suplido las bajas producidas o "excedencias" como es mi caso.

Yo por mi parte sigo vinculado a las TIC, si bien ahora las compagino con otras pasiones, mas o menos confesables. Como una de ellas es la cocina, y aprovechando que estoy haciendo un curso, he creado un blog para el mismo que me gustaría compartir con vosotros. Esta es la dirección: http://cocinero-cocinero.blogspot.com/

En fin, espero que os guste y me alegro de saludaros.

keep contact!!

Juanjo.com

15.1.07

"Megajetas", Felipe Gámez, 13/01/2007

Evolucionamos de una sociedad bajo el peso de la culpa a una sociedad bajo el peso de la responsabilidad. El que lo recuerde sabrá que al cabo de la culpa estaba Dios y su infinita misericordia; aunque para ir tirando y no quedar aplastados por el peso del pecado el sacerdote administraba el perdón divino con el “ego te absolvo a pecatis tui...”. En la actualidad al final de la responsabilidad está la Ley y la redención existe pero tras rendir cuentas y si fuera preciso, expiar.La cuestión así planteada parece simple sin serlo, pues sabido es que nos hallamos en un punto en el que ni retiramos a Dios del escenario público ni nos ponemos de acuerdo en fundar un Corpus Legislativo que de respuesta, desde leyes justas, a las complejas necesidades del hombre actual, sea quien sea y se halle donde se halle. Ya sé que con esto parece caerle un peso nuevo a la vieja conciencia del pecado, ¡la conciencia ética!, y el resultado, en un lenguaje juvenil y desenfadado, puede resumirse en que vivir con tanto peso lleva directo al agobio.¡Pues no! Digamos con rapidez que vivir ha de ser cualquier cosa menos un agobio. Culpa y responsabilidad no son pesos distintos sumándose contra el individuo, sino el mismo peso que el creyente llevará en su conciencia ante el Creador y el no creyente, acompañado de abogado y procurador, habrás de vérselas con el juez de tuno, si tuvo la mala suerte de ser descubierto. Y esa sí que me parece una diferencia de peso: como Dios lo ve todo no hay otro refugio que pedir perdón y arrepentirse, que tampoco es tan agobiante; en cambio el no creyente puede vivir irresponsablemente (como un simple malvado) y confiar en que la poli no le saque la foto o le sorprenda con las manos en la masa. El jeta es un liberado del ojo divino, un irresponsable total, un adicto al juego de hacer lo que le venga en gana, un maleducado, un egoísta, un insensato incívico e insolidario; con frecuencia un impresentable que va de “tío perita” porque encima quiere los beneficios de ser una buena persona. El cara dura actual, el que vemos por ahí jodiendo al prójimo en las carreteras, en las empresas, entre el funcionariado, en los despachos profesionales, en las asociaciones de vecinos y las discotecas... en todas partes, es un subproducto refinado y paradójico de la sociedad en la que vivimos; otro monstruo del sistema capitalista sin trabas éticas y/o morales. Si no fuera porque las condiciones lo están llevando a crecer exponencialmente diría: no se preocupen, se extinguirán solos. Bueno creo que se extinguirán por dos razones distintas. a) porque su número irá increscendo y lo destruirán todo como una plaga, o b) porque aprenderemos a poner freno a sus mentiras y desmanes. Siempre hubo jetas pero no como los de ahora. A los de hoy los llamo megajetas y los hay de todos los tipos, clases y colores. Abundan tanto los arrogantes, super ocupados, que habla rápido y promete cualquier cosa (como no piensa cumplir nada) como los lábiles escurridizos, apocados y torpes que no atinan a hilar dos palabras coherentes. El caso es que no es difícil descubrirlos: pocos tiene conciencia de sus actos y todos sin excepción sufren una o varias enfermedades mentales.

10.1.07

¡Felicidades!, 03/01/2007, Felipe Gámez

Los hartazgos de felicidad son mortales” dijo Baltasar Gracián. Algo así como “morir de éxito”, una frase más reciente entresacada del lenguaje palurdo de los políticos. El tema de la felicidad es recurrente a lo largo de la historia de la humanidad. Alguien nos ha descrito como máquinas en una búsqueda ciega de la felicidad. Eduard Punset es más cauto cuando enseña que *la felicidad se fragua en la ausencia biológica del mal (efectos mutacionales lesivos para la salud física y mental). Otros piensan que el cerebro no busca la felicidad sino que la sueña, la imagina o la crea con objeto de sobrevivir. Los simples creen que la felicidad se encuentra al cabo de una cuenta corriente mega astronómica, o al fondo del undécimo whisky, en una raya de coca o en el año que no traiga viernes. Algunos creen ser felices todo el tiempo (un tipo de tontos) y otros que nunca lo serán (otro tipo de idiotas). Los teóricos aseguran que la felicidad es el camino y los poetas, más delicados, que la felicidad puede beberse en una lágrima: “En tus ojos mi felicidad, / en los míos el recelo... / y una lagrima de soledad”. Se mire como se mire la felicidad hay que tomarla en sorbos cortos, aceptando su naturaleza efímera. Su carta de presentación es en realidad una despedida, el beso corto y rápido del que se marcha dejándonos, con suerte, algunos faustos recuerdos. Estábamos en Sevilla y habíamos sido muy felices en una habitación de hotel. Al llegar ella dijo: será un fin de semana eterno. No la creí porque no supe que hablaba de la memoria. El domingo apurábamos la últimas horas y yo me quejaba: qué corta es la eternidad. No volvimos a vernos. Alguna vez he pensado que vivir no es más que ir y volver de la felicidad... que a veces está en Sevilla, otras en Lisboa, las menos muy lejos y las más muy cerca, quiero decir en algún lugar del corazón (ahora se dice del cerebro, Punset). Como venimos de lejos trascribo un viejo proverbio chino con esta leyenda: "Si quieres felicidad para una hora, duerme una siesta. Si quieres felicidad para un día, vete a pescar. Si quieres felicidad para un mes, cásate. Si quieres felicidad para un año, hereda una fortuna. Si quieres una vida de felicidad, ayuda a los demás". ¿Son todos los chinos tan listos? Seguro que no. Hace poco alguien me dijo: “Quizá la felicidad sólo sea estar despierto para verla pasar y arrimarte a ella un ratito. ¡Un ratito, claro, porque si te quedas revientas! Una buena receta para ser feliz es no tener miedo”. Dice el Sr. Punset. El temeroso huye de la felicidad porque sabe que duele al acercarse, duele más al separarse de ella y duele, que te cagas si te quedas... porque según Gracián los hartazgos son mortales. Así que el refugio del lerdo es no hacer nada y ser torpe, huraño y desgraciado. En muchos casos la felicidad es el efecto placebo de cualquier simpleza, el arte de exprimir la realidad para sacar a todo su gota de ámbar, la brizna de oro escondida, la sonrisa inesperada, la mano tendida para dar o recibir, la atención necesaria para ser agradecido, compasivo, generoso y no temer tanto a ser golpeado. Cuando una persona ha vivido suficiente ya conoce una felicidad honda y audaz llamada bienestar. El bienestar, como todo el mundo sabe, es una forma madura y tranquila de ser feliz sin hartarse. He leído que dar luz es también dar sombras; que el éxito desde el punto de vista USA es una enfermedad del coco, grave; que la lógica se ha de manejar con cuidado porque tiende a crear ficciones y trampas como esta: si no eres el número uno eres el número cero; que la vida es corta y la felicidad busca esa puerta que inadvertidamente dejamos abierta; que no debemos preocuparnos por ser felices sino por SER; y que por regla general ser feliz se cumple con ver felices a los que amas. Y para terminar una buena frase de Blaise Pascal: “Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez”.