19.11.06

"La noche diurna", Felipe, 19-11-2006

FELIPE GÁMEZ(Pequeños matices políticos)
19/11/2006

Hay caminos que no van a ninguna parte, aunque se diga que todos los caminos llevan a Roma. Si quiero ir a Roma tomo una dirección cualquiera y antes o después pasearé sus calles; pero si no quiero ir sobran los caminos y esté en la dirección que esté no voy a llegar. Esto me recuerda la cantidad de formas, lugares y medios disponibles para perderse, por ejemplo: el de la ignorancia (no querer saber); la incoherencia, del tipo que sea: política, lingüística, moral, de cualquier clase; también la irracionalidad que lleva a la violencia: a pensar en la destrucción del contrario. Frente a los caminos para perdernos están los caminos para encontrarnos. En ese sentido y si no ando desorientado, la izquierda fue siempre un camino para reunirnos a todos en dirección hacia mundos mejores (soy consciente del plural). El peor de los mundos posibles, desde un punto de vista humano, es el de la esclavitud. Ese mundo en el que el sometimiento generalizado se convierte en una cultura global aceptada por la mayoría. Véase el modelo occidental imperante, derivado del sistema político, económico, jurídico y social norteamericano, extendido sobre una Europa ¡en shock! como una plaga. ¿Qué estamos copiando? ¿Soy yo el único que se lo pregunta? Lo diré alto y claro: copiamos una democracia sucia y enferma, enfangada en aberraciones de todo género, degradada por los cánceres de la violencia y la corrupción desde la base social hasta la cima del poder supremo, que necesita exportar sus miserias como una tormenta necesita descargar el peso destructivo del granizo. El comunismo reventó hacia dentro, en una ola de miseria cuyos dioses menores son el fatalismo, la desesperanza y las mafias; a su vez el capitalismo explota hacia fuera, en un tsunami de consumo en el que el amo y el esclavo están en individuo de tal modo que pensar en la liberación es inconcebible porque uno es responsable y culpable a la vez. ¡Además, como la estupidez es infinita de ahí no se sale! No es casual que ambas potencias se degraden una tras otra pues representan los mundos de la esclavitud insostenible. Rusia se lleva por delante a los suyos, y Estados Unidos al resto de occidente. Puestos en esa tesitura caben pocas opciones, o superamos el horizonte de la esclavitud interminable o el futuro de la humanidad (el de nuestros hijos) está muy seriamente comprometido. Otra cosa es que la estupidez infinita sea tan grande. Frente a ella aún podemos oponer una razonable y razonadora `previsión del mundo futuro´; un sueño que siempre fue de la izquierda liberadora. Este último adjetivo viene como anillo al dedo al nombre, y no esos otros que la derecha tiende a darle con objeto de corromper su esencia. Pero vayamos por partes y aclaremos conceptos: la "derecha política" está ahí, tan omnipresente que no hay otra cosa. Ella y sus promesas de "esclavitud responsable", por primera vez frente a la humanidad en su conjunto. Ya llevan algún tiempo haciendo planes para meternos a todos en el mismo saco. En el otro platillo de la balanza y por mucho que me pese decirlo la "izquierda política" no es un ente concreto, ni siquiera un hecho real. No existe por mucho que haya por ahí gente que digan responder a esas siglas; son otras formas de la derecha o simples conjuntos vacíos y desmembrados que no responden a nada. Hoy la "izquierda política" sólo es eso que antes llamé una `previsión del mundo futuro´. ¿Sería más preciso si dijera que responde a una fantasía romántica derrotada? Vale, pues lo digo y lo sostengo: Fantasía porque continúa siendo aquel sueño que nos permite creer que aún podemos superar la esclavitud. Romántica porque siempre despierta como reacción frente a algo: en Rusia lo hizo contra las estructuras absolutista feudales del Imperio Ruso; en Europa contra la ferocidad del Fascismo, en la que debemos incluir a España y en la actualidad la reacción debe serlo frente al Capitalismo violento, exportado desde los EE.UU. Y derrotada porque hemos de asumir y ser conscientes, de que cada vez que intentamos traducir el sueño a la realidad perdimos la batalla. Es así de simple. ¿Estamos hoy en otra tesitura? No. Estamos como al principio, como siempre, creyendo, o si me apuran imaginando que lo irracional del capitalismo como mega estructura de poder puede ser vencido. El sueño de la izquierda está intacto (no fue destruido) y podemos unir las experiencias de nuestras muchas derrotas con el objeto de sentar mejor los pies en la tierra. Un ejemplo: para Wikipedia (la enciclopedia libre): El término abertzale en euskera significa “amante de la patria” o “partidario de la patria”. Aunque la traducción literal al español sería “patriota”, (lo que aquí se entendería por un fachilla cualquiera, en Euskadi por un "nacionalista vasco" y en USA por un neocon gilipollas). Nacionalismo es un término "capsula" donde la derecha encierra sus ideas (más o menos atroces) sobre los mundos hacia los que quiere llevarnos. Una palabra cerrada sobre sí misma y opuesta radicalmente a la noción de izquierda, cuyas miras fueron siempre universalizantes. Quiero decir que la izquierda pone sus ideas en "Mundos" mejores (más justos, más equilibrados, más inteligentes, ¡más amplios!, mientras la derecha, consciente de que no puede engañar a todo el mundo todo el tiempo, sabe que gana terreno cada vez que infecta un país de nacionalismo. ¿No se acuerdan? Es aquello del divide y vencerás. Lo mejor de las lenguas es que sirvan para entenderse y la rancia chulería no encaja. El que estos gudaris de la religión vasca mezclen churras con merinas autocoronándose como izquierda abertzale o "izquierda nacionalista" me devuelve a la vieja contradictio in termini de los latinos, tan gráfica en la frase "inteligencia militar". Ya saben el dicho: "la inteligencia militar es a la inteligencia lo que la música militar es a la música". En mi opinión, si "inteligencia militar" es una solemne majadería eso de la izquierda abertzale es una falacia, un embuste burdo para gente con mucha testosterona y menos seso. Lo peor de las lenguas es que sirvan para no entenderse y lo digo por esta página: http://www.abertzale.org/ donde en su enunciado dice: ¡TENEMOS LA SANGRE PREPARADA PARA MORIR POR EUSKAL HERRIA! Jope. De ahí al ¡viva la muerte!, de aquel necio insondable, Pepe Millán-Atray, sólo hay un paso. ¡Pasen y vean cómo asoma la derechona sus orejillas lobeznas! Analicen la copiosa verborrea nacionalista, tan cacofónica, y verán como la palabra supura irracionalidad, violencia y muerte. No hay sueño de mundos mejores en el nacionalismo, hay Patria o muerte, objetos ambos de la peor derecha, es decir de la ultraderecha. Por otro lado no es nuevo que la derecha suspire por el sentido de resistencia y de lucha de la izquierda y trate de apropiárselo (las teorías del egoísmo universal ni sirven ni venden). La diferencia es que la izquierda lo usa por necesidad y la derecha codicia el instrumento como forma eficaz de control mental. Leyendo en abertzale.org uno entresaca los métodos criminales de la peor alienación política. Mundos mejores existen pero hay que soñarlos y luego ganarlos. En realidad hay que ganárselos a los grupos y sistemas que velan por que todo siga como está. Para empezar hay que decir que con los métodos y lenguajes de la derecha no se sale de donde estamos. Lo resumo en frases sencillas: cuando la izquierda usa los métodos de la derecha ¡es la derecha! Cuando la derecha acepta jugar a la democracia ¡ya no hay democracia!, y si la izquierda entra en el juego es otro bastión de la derecha. Si la izquierda se corrompe es que se decantó por ser derecha. Por último, si la izquierda abraza el lenguaje de la violencia (un señorío indiscutible de la derecha), no es que entonteció sin remedio (porque ahí son los amos y nos llevan una ventaja de milenios) es que se vendió a la derecha y ya sabemos que facciones de la derecha pelean unas contra otras para mantenerse en forma. Los métodos y lenguajes de la izquierda nada tienen que ver con todo eso. Si la derecha es bárbara (no han necesitado cambiar, siempre les fue bien por ahí) la izquierda es inteligente. Por ahí ganamos nosotros. Aunque aceptemos que la inteligencia es finita, ese es un campo donde ganamos todos y como la derecha revienta por ganar los ponemos en un brete y de pronto la izquierda empieza a jugar en campo propio, un partido amistoso con reglas honestas, sin trampas y donde al final cuenta un reparto inteligente de los puntos, lo aprendido y lo divertido que fue. ¡Ya sé que es otro de los mundos posibles! De nuevo soy consciente del plural. ¡Ya se que no será fácil! Ya sé que la inteligencia ralea, pero es nuestra y promete los frutos de mundos tan verdaderos como este. Fuera de eso hay tan poco y tan gastado. Véanse algunos ejemplos cutres: el consumo interminable, la inteligencia militar, la izquierda abertzale, el crecimiento sostenible. Todo ello en una realidad que, ya puestos, daremos un título chorra: ¡La noche diurna!.